Berliner Tageblatt - Juicio en Alemania a un científico ruso sospechoso de espiar el programa espacial europeo

Juicio en Alemania a un científico ruso sospechoso de espiar el programa espacial europeo
Juicio en Alemania a un científico ruso sospechoso de espiar el programa espacial europeo / Foto: ©

Juicio en Alemania a un científico ruso sospechoso de espiar el programa espacial europeo

Un científico ruso que trabajaba para una universidad alemana será juzgado a partir de este jueves en Múnich, acusado de haber espiado el programa espacial europeo Ariane a cuenta de Moscú, en medio de tensiones entre Rusia y los occidentales en torno a Ucrania.

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El hombre, presentado como Ilnur N., era un empleado de la Universidad de Augsburgo (suroeste) y se le acusa de actuar como "agente de los servicios secretos", según la fiscalía federal alemana, competente en materia de espionaje.

La justicia afirma que el acusado recabó informaciones a cuenta de Rusia "en diferentes etapas del desarrollo del lanzador europeo Ariane".

Está acusado de haberse visto en varias ocasiones con un alto responsable de los servicios de inteligencia exterior rusos, a quien le transmitió, "informaciones sobre proyectos de investigación en el ámbito de la tecnología aeroespacial, sobre todo sobre las diferentes etapas del desarrollo del lanzador europeo Ariane".

A cambio, habría recibido sumas en metálico equivalentes a 2.500 euros (2.800 dólares), según la fiscalía de Karlsruhe.

El ruso, del que se divulgaron pocos detalles, fue arrestado el pasado julio en Alemania y desde entonces se encuentra en detención provisional.

Cuando fue detenido, el diario Bild afirmó que se trataba de un hombre llamado Ilnur Nagaev.

La universidad bávara de Augsburgo confirmó que trabajaba en esa institución y que su oficina fue allanada. La policía alemana se limitó a indicar que era un asistente científico "para una cátedra científico-técnica".

- Expulsión -

Poco después de su arresto, en verano, Alemania expulsó a un diplomático ruso que trabajaba en el consulado de Múnich. El ministerio de Relaciones Exteriores no hizo pública esta decisión pero la confirmó a finales de enero de 2022, después de que el semanario Der Spiegel informara de ella.

Sin embargo, el gobierno solo confirmó que la expulsión de esa persona, que se hacía pasar por un diplomático pero que en realidad era un agente de los servicios secretos rusos, estaba relacionada con un asunto de espionaje. Según Der Spiegel, la fiscalía federal dio con él al investigar al científico ruso.

El juicio se produce en un contexto de tensiones entre Rusia y los países occidentales, que temen que Moscú esté planeando invadir Ucrania.

El martes, Rusia anunció que empezaba a retirar a sus tropas concentradas en la frontera con Ucrania, y el miércoles dijo que algunas de sus fuerzas en la península ucraniana de Crimea, anexada, también abandonaban la zona tras haber terminado unas maniobras militares.

Pero, aunque en un momento aplaudieron esos anuncios, juzgándolos positivos, el miércoles los países occidentales seguían esperando verificaciones de esa supuesta retirada.

El jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, que viajó a Moscú el martes por primera vez, reafirmó que quiere apostar por el diálogo con el presidente ruso, Vladimir Putin, de cara a una desescalada, pero recordó que en caso de agresión, Rusia será objeto de fuertes sanciones económicas.

- Ciberespionaje -

En los últimos meses, las relaciones entre Rusia y Alemania se vieron empañadas a raíz de unas acusaciones de ciberespionaje vertidas contra Moscú.

La justicia alemana condenó a finales de octubre a un exempleado de una empresa de seguridad informática a dos años de prisión condicional por haberle transmitido a Rusia datos sobre la cámara de los diputados alemana.

Pero lo que más contribuyó al deterioro de las relaciones fue el intento de envenenamiento del opositor ruso Alexéi Navalni en agosto de 2020, que los occidentales imputan al gobierno ruso.

Los servicios de inteligencia rusos registraron en los últimos años un fuerte aumento de su actividad en Europa, según los expertos.

Muchos diplomáticos rusos acusados de espionaje fueron expulsados en los últimos meses de Italia, Bulgaria, Países Bajos, Austria, Francia y República Checa. En todas esas ocasiones, el gobierno ruso reaccionó denunciando que las acusaciones carecían de fundamento y que obedecían a un sentimiento de odio hacia Rusia.

Rusia también fue acusada de un pirateo informático a gran escala ocurrido en 2015 contra los ordenadores del Bundestag, los servicios de la entonces canciller Angela Merkel, la OTAN y la cadena de televisión TV5 Monde.

F.Müller--BTB