Berliner Tageblatt - Las escasas noticias que llegan de Mariúpol reflejan la desesperación

Las escasas noticias que llegan de Mariúpol reflejan la desesperación
Las escasas noticias que llegan de Mariúpol reflejan la desesperación / Foto: ©

Las escasas noticias que llegan de Mariúpol reflejan la desesperación

Las muy escasas noticias que llegan del puerto ucraniano de Mariúpol reflejan la desesperación de los habitantes atrapados en la ciudad asediada por las fuerzas rusas, con cuerpos abandonados en las calles y civiles bombardeados mientras intentan huir.

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Los que han podido salir buscan por todos los medios noticias de quienes se quedaron en esta ciudad donde las comunicaciones están casi totalmente interrumpidas desde hace más de una semana.

Algunos escasos lugares de la ciudad permiten a veces obtener una débil señal telefónica.

Yulia, profesora de 29 años que huyó de Mariúpol el 3 de marzo, explica que su suegra, que se quedó allá, logró llamarla desde una torre, lejos de su casa. "Era muy peligroso para ella hacer ese trayecto", en la ciudad bombardeada, pero al menos logró hacer saber a su hijo y a su nuera que seguía viva.

"Nos dijo que estaba bien, pero que los ataques eran incesantes. Hay cadáveres en las calles, nadie los entierra. Pueden quedarse ahí varios días, hasta que un camión de la municipalidad venga a recogerlos y los deje en una enorme fosa común" relata a la AFP.

La ciudad está sin agua, sin gas, sin electricidad, sin comunicaciones, y estos últimos días se vio a la gente pelearse por la comida.

- La espera de noticias -

Las familias esperan noticias. Muchas cuelgan por ejemplo en la aplicación de la mensajería Telegram fotos e informaciones sobre sus familiares atrapados en Mariúpol, esperando que alguien pueda dar alguna información.

Yulia y su marido están entre las escasas personas que lograron huir de Mariúpol desde el inicio del asedio, tras haber pasado, temerosos, los puestos de control rusos.

Hubo gente que intentaba huir a pie. Un obús cayó a 50 metros de ellos. Todos empezaron a suplicar a quienes iban en coche que los dejaran subir, pero había muy pocas plazas libres, cuenta Yulia.

"En la carretera hemos visto automóviles civiles calcinados, a veces volcados. Comprendimos que los rusos les habían disparado"

"Cuando ya estábamos a dos kilómetros de Mariúpol, vimos a rusos, con su material militar, marcado con la letra "Z". Pensamos que aquello era el final, que iban a matarnos", agrega.

Mariúpol, una ciudad y un puerto estratégicamente importante para el avance militar ruso, es bombardeada por la artillería de forma constante desde hace diez días, según Petro Andriushenko, un consejero municipal.

- Asedio y 1.200 muertos-

Según estimaciones de la administración regional más de 1.200 personas han muerto desde el inicio del asedio, pero la cifra no tiene en cuenta los cadáveres que podrían hallarse entre los escombros de los edificios destruidos.

Los intentos de establecer corredores humanitarios para permitir salir a los civiles han fracasado varias veces. Las dos partes se acusan mutuamente de este fracaso.

Yana Karban, de 30 años, explica que acaba de recibir de sus padres, a través de una vecina que pudo ponerse brevemente en contacto con su hija, un mensaje desesperado: "Es el desastre total en el edificio. Acaban de bombardearnos, y hay ocho apartamentos incendiados".

Yana envió a la AFP fotos remitidas por otra vecina, en las que se ven los impactos de esquirlas de obuses en el armario de su habitación.

"Deberían dejar la ciudad, pero no es posible. Los obuses caen todo el tiempo, en todas partes. Ni siquiera es posible salir a la calle" dice la mujer.

Desde entonces, nadie ha conseguido tomar contacto con nadie en el barrio de Mariúpol. Y Yana no sabe qué les ha ocurrido a sus padres y a sus vecinos.

O.Krause--BTB