Berliner Tageblatt - Lejos de casa, desplazados ucranianos buscan ropa infantil y frazadas

Lejos de casa, desplazados ucranianos buscan ropa infantil y frazadas
Lejos de casa, desplazados ucranianos buscan ropa infantil y frazadas / Foto: © AFP

Lejos de casa, desplazados ucranianos buscan ropa infantil y frazadas

De pie entre cajas de ropa donada en el oeste de Ucrania, Tatyana Kaftan se aferra a un traje para bebé y unos pantalones diminutos.

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Embarazada de su primer hijo, quien debe nacer en tres semanas, Tatyana llegó tres días antes a Leópolis tras huir del bombardeo ruso en su ciudad en el sur.

"Dejamos todo en casa", declaró la agente de viajes de 35 años, quien se trasladó en coche con su esposo desde Mykolaiv, en el mar Negro.

"No tenemos nada", aseguró.

En una oficina de consulta financiera convertida en centro de distribución en Leópolis, preguntó en voz baja a un voluntario si le podían dar un peluche para su bebé.

Su esposo, quien espera ser llamado al ejército, la acompañó.

La invasión rusa a Ucrania en febrero generó una de las crisis humanitarias y de desplazados más aceleradas de la historia, según la ONU.

La guerra provocó el desplazamiento de más de 10 millones de personas dentro y fuera de Ucrania.

La población de Leópolis, principal ciudad ucraniana cerca de la frontera polaca, creció mucho las últimas semanas.

Para ayudar a quienes quedaron sin casa con poco más que la ropa que llevaban puesta, los puntos de distribución de ayuda ofrecen prendas, frazadas, sábanas, zapatos y juguetes.

- Sigue ocupado -

La dentista ucraniana Yana acercó una chaqueta de mezclilla a su hija Maya, de cinco años, para ver si le quedaba.

Esta madre de dos niños, quien no reveló su apellido, dijo que pasó 12 días en un sótano en medio del bombardeo de Járkov, cerca de la frontera rusa, antes de que el ejército ucraniano pudiera organizar una caravana de vehículos para evacuarlos a inicios de marzo.

Yana, quien tenía un consultorio en Járkov, dijo que expacientes le ofrecieron refugio a ella y sus hijos en Leópolis.

Pero lloró al contar que su madre y su suegra quedaron atrás.

La voluntaria Severyna Padovska dijo que cientos de personas llegaron a diario al inicio de la guerra para recoger ropa, juguetes, alimento para bebé y pañales.

Ahora llegan menos, pero el centro de ayuda continúa ocupado.

A una cuadra de distancia, frente a un edificio administrativo, Natalia Ivachenko de 55 años sostuvo una carpeta roja con su pasaporte y otros documentos para registrarse en la ciudad.

Salió la semana pasada de su casa en la región oriental de Donetsk para unirse a su hija, que ya estaba en Leópolis.

"Pude tomar algunas cosas, lo primero que vi y nada de lo que necesitaba", comentó esta gerente de oficina postal, riendo de sí misma.

"No tomé nada para vestir", comentó la mujer envuelta en una chaqueta gris con un cálido forro rosado.

- Solo lo básico -

Cerca de allí, en otra fila, Katerina de 38 años aguarda afuera de un cine donde se distribuyen ropa y juguetes junto a su hija de seis años, Ilya, quien lleva un panda de peluche.

Ella llegó a Leópolis a inicios de marzo con Ilya y su hijo mayor, de 13 años, desde Dnipro, en el centro del país.

"Cuando salimos, mi hijo tomó un salveque con equipo porque es programador y necesita estudiar. Yo solo tomé solo un salveque con cosas básicas", señaló la mujer vestida con un buzo rosado.

Dentro del cine examinó los coloridos sombreros de lana en una caja en el piso. Otras mujeres miran los abrigos cerca de un afiche gigante de la película de fantasía "Mulan".

En una esquina, Ilya conoció un nuevo amigo, y cada uno se turnaba tocando una trompeta de juguete azul y roja.

L.Dubois--BTB